desde su cuerpo encendido




desde su cuerpo encendido se veían las trescientas sesenta y cinco iglesias de bahía bajo la luz del sol la aldea de pescadores donde la mar deseaba morir la hierba verdinegra de chaitén las altas cumbres el nido del águila real era nave o trópico llameante la curva sombreada de su espalda en alas de un volcán sus dedos tatuaban estrelicias sobre papel de arroz y ella blanca roja dorada mieles o perfumes de amar

1 comentario:

Nan dijo...

... perfumes de amar...